21/6/10

no tengo pulso


aquél susurro, como si fuera el mas mínimo sonido de una hoja al caer en la selva y que pareciera ser desapercibido por todos -claro, como alma en pena-, fue percibido por quien se dio el tiempo de escuchar el viento, su singular sonido, que arrastra a quien esconde su latido sin querer ser encontrado, por quien no quiera ver que hay allí, en todo lo que ve.
Era casi como ser feliz. Lo demas lo diría el tiempo. El amor nunca se va.

No hay comentarios: