17/5/11

Un olvido corpóreo. El mito más terrible


Porque tiene figura. Se manifiesta.
Es como que quisiera decirme algo que ya sabía, pero olvide porque simplemente quise y me compré la de unos momentos distintos. Entonces el olvido corpóreo, es casi la memoria. Aunque a veces la memoria es tangible en el sentido de que se manifiesta con las cosas que vemos el día a día, o podemos ver su evolución. Por ende la memoria siempre está ahí, recordándonos quienes somos y como llegamos a serlo. Pero este otro terrorífico ser mitológico (porque al menos la memoria tiene su encanto de preservar) solo aparece en estados en qué necesitas ver aquello que no es ni será.  Es aquello que necesariamente, no debería existir en tu memoria. Y ahí cuando está todo claro otra vez, es cuando desaparece. Pareciera que trajera algún tipo de bienestar, pero muy por el contrario, da tercianas.

Y ahí está ¡fin cometido!.

Pero algún día volverá a recordártelo otra vez; el paso del tiempo, las opciones, las leyes de la vida, lo que no fue memoria, o más bien lo que debería dejar de serlo, el dolor, la angustia y sobre todo tus miedos, porque en el fondo, eso es lo que no nos gusta y precisamente eso es lo que es. La supresión de lo no grato. La vivencia de la inconsciencia que percibimos, que queremos, aunque suene inconsecuente. Es el olvido intencional. Es la representación de todo aquello. 

Asique si sientes un momento álgido en tu cabeza, donde se cohesiona tu cerebro y todo parece suceder muy rápido, todo gira y vienen hacia ti humaradas ondulantes en forma de amigables nubes. Es hora de aunar fuerzas, porque todo indica que sucederá, se acerca una epifanía de la realidad. Viene el horrible ser, con forma de todo lo que temes y nunca jamás quisieras ver. No debes correr ni esconderte. Debes estar preparado.